La Escuela de Verano 2018 sigue sembrando en tierra fértil
- Comunicación Institucional
Manzanera es doctor en Ciencias Económicas en la Universidad de La Habana (Cuba).
El ingeniero industrial mexicano Javier Manzanera Quintana es otro de los profesionales que culminan contentos su participación en la X Escuela Internacional de Verano 2018. Así lo hizo saber al referirse a su experiencia con la gratitud de haber "sembrado en tierra fértil", a partir de la asignatura Estrategia gerencial, en la que participaron estudiantes de las facultades de Ingeniería y Ciencias Económicas y Administrativas.
"Veo que cada vez los alumnos son más inquietos, cuestionan mucho y hasta que ellos entienden lo que les dices se quedan más tranquilos, no son conformistas", comentó al respecto del curso en el que enseñó el denominado Coaching, que describió como "un enfrentamiento personal para que se den cuenta de dónde están y hacia dónde quieren llegar y qué les falta para dar ese brinco y lograr sus metas".
Algo más que una clase
Son 27 años de experiencia los que acumula este profesional invitado, quien cuenta con tres maestrías: Calidad con especialidad en Servicio, Manufactura con especialidad en Seis Sigma y Administración con especialidad en Desarrollo Organizacional, doctorado en Economía, coach deontológico empresarial, y ha brindado sus conocimientos, además, en maestrías y doctorados en Europa, Estados Unidos, Canadá y México.
Es su tercer año como integrante del equipo de profesores extranjeros de nuestra Escuela, a la que, según lo recuerda, llegó gracias a un amigo, quien lo invitó "en un momento que no imaginé", y que le hizo darse cuenta, además, del muy buen nivel que tienen los profesores en Colombia, "pues en las aulas los ponen a trabajar en proyectos reales. Me encanta venir, porque hay mucha hospitalidad".
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Esta vez, el tema central fue el Design thinking, que se enfoca en enseñar la importancia de crear mejores productos en las empresas. "Vengo sembrando en tierra fértil, debido a que mis alumnos tienen muchas inquietudes e incluso se quedan hasta tarde para conocer un poco más del tema. Viajo mucho, tomo entre 16 y 17 horas de vuelo, pero me voy satisfecho, porque el grupo salió muy bueno".